Acusan de tráfico de influencias al brazo de la Siervita

Una pareja de la Guardia Civil custodia la entrada al convento dado el elevado riesgo de fuga

La Laguna no sale de su estupefacción tras conocerse en la mañana de hoy que la Fiscalía ha imputado al brazo de la Siervita la presunta comisión de un delito de tráfico de influencias a favor de Efigenia P. H., por la que, según se desprende del sumario, la Siervita intercedió para aligerar su paso por una lista de espera para una prueba diagnóstica a cambio de rezados diarios y un donativo de 5 euros.

La denuncia partió del colectivo “Te esperas como yo”, una asociación ciudadana que vela por que nadie se cuele en colas o listas, que, tras hacer un seguimiento a Efigenia P. H. por diversas iglesias y ermitas de la Isla, pudo comprobar cómo sólo dejaba donativos a la Siervita. El portavoz del colectivo, Alejandro Henríquez, aseguró a El Baifo Ilustrado que “rezaba a todos los santitos, pero sólo el brazo recibió prebendas y así lo demostraremos en el juicio”.

Por su parte, la Fiscalía argumenta que “el brazo no era tan incorrupto como popularmente se creía, y podríamos estar desentrañando sólo el principio de una actuación delictiva mantenida desde hace años”. Para ello, la Fiscalía se propone llamar a declarar a todos aquellos que, camuflándolo de ofrendas, hayan podido estar pidiendo favores a cambio de regalos en metálico o especie a la Siervita.

El abogado del brazo de la Siervita se ha apresurado a desmentir estas acusaciones, asegurando que “se está señalando a mi cliente como a un brazo criminal, cuando esta actividad es perfectamente lícita y miles de reliquias en el mundo la realizan a diario”. De igual forma, el abogado señala que «aun pudiendo demostrarse que mi cliente ha tenido una influencia efectiva sobre las listas de espera, lo cual es discutible, el beneficio social es mayor que el presunto daño, por lo que lo procedente sería archivar la causa». Para la defensa de la Siervita, la pareja de la Guardia Civil que custodia la entrada al convento por el elevado riesgo de fuga que apreció el juez, es una medida desproporcionada. «Mi cliente no puede ir a ningún lado puesto que su DNI caducó hace unos doscientos años y aún no ha conseguido cita para la renovación», asegura.

Este desagradable asunto podría retrasar la puesta en marcha por parte de la Consejería de Sanidad de la campaña «La fe también cura», enfocada a fomentar el uso de la convicción religiosa como parte de la praxis médica, que se encuadra en los planes de ajuste y reducción del gasto del Servicio Canario de Salud.