Arranca de cuajo la luna trasera del coche al intentar despegar una etiqueta de Loro Parque

De una sola pieza extrajeron la luna, en la que las pegatinas permanecen impertérritas

Ramón Ruigómez, vecino del municipio de Granadilla, ha reclamado al Loro Parque de Puerto de la Cruz que se haga cargo del coste de la reparación de su coche, al que le arrancó la luna trasera de cuajo al intentar despegar la etiqueta promocional del Parque que suele colocarse en los vehículos de los visitantes. Ramón Ruigómez y su cuñado, Felipe Mantilla, han accedido a hablar para El Baifo Ilustrado y contar su historia.

Ramón nos cuenta que “fue ver la pegatina y encenderme todo, porque yo ya tenía en la luna otra de cuando fuimos al Siam Park, y a mí en el coche no me gusta tener pegatinas, sino la de la ITV y porque me obligan, y me fui a hablar con los del Parque”. Puestos en contacto con personal del Loro Parque, nos confirman que, en efecto, Ramón llegó hecho una furia a la taquilla y pidió “hablar con el encargado”, y que “le daba lo mismo que fuera un loro o un gorila, pero que le iba a decir cuatro cosas”.

Fermín retoma el relato para explicar que, una vez aplacados los ánimos y de vuelta a Granadilla, Ramón le pidió que le ayudara a despegar la etiqueta. “Lo intentamos con un rascador y no hubo forma, sólo conseguimos despegar una puntita, así que intentamos arrancarlas con las manos, cada uno tirando de una pegatina, y a la de tres hicimos fuerza y nos quedamos con la luna en las manos, y la pegatinita de las narices ni se inmutó”.

Cuando Ramón supo que tanto Loro Parque como Siam Park pertenecen al mismo grupo empresarial, no dudó en reclamar la cuantía de la reparación, e incluso se plantea una demanda por daños morales, ya que, según explica, “no sólo tengo ahora un aire acondicionado que no pedí, sino que el cachondeíto en el taller de Manolo no ha sido chico, a ver si se creen que no sé que en el pueblo me llaman ‘el Hulk de Granadilla’”.

Desde Loro Parque han declinado hacer declaraciones, en la línea del mutismo que ha mantenido siempre la compañía en relación con su política de pegatinas, que tantas teorías ha suscitado a lo largo de los años. Cabe recordar que varios expertos aseguran que el cuerpo de marines de Estados Unidos recibe entrenamiento en camuflaje y operaciones encubiertas por parte de los empleados del Loro Parque encargados de poner las etiquetas, cuya fórmula adhesiva está custodiada por el gorila de peor genio.