Carlos Sosa plasmará en un documental su heroica experiencia viviendo una semana en Arona

El periodista grancanario Carlos Sosa presentó recientemente una nueva entrega de la serie «Trópico Distópico», que se emite en Televisión Canaria, que, bajo el título «Poder», analiza los presuntos casos de corrupción que han azotado el municipio tinerfeño de Arona y que han generado una situación de inestabilidad política, que ha marcado el devenir de un Ayuntamiento gobernado con mayoría absoluta por el PSOE. El propio Carlos Sosa anunció a través de su cuenta de Twitter la emisión del episodio con estas palabras:

 

Para hacer este capítulo de Trópico Distópico, ‘Poder’, ocho personas del equipo estuvimos viviendo una semana en Arona. Aquí está el resultado. https://t.co/i9LSV70hY7 @TDistopico @RTVCes

— Carlos Sosa (@CarlosSosa_) May 13, 2021

Esa semana se convierte ahora, con entidad propia, en objeto de otro documental, «La semana que vivimos peligrosamente en Arona», al que seguirán un libro y, posiblemente, una serie de HBO de ocho capítulos (uno por día más un epílogo) con un presupuesto millonario.

Sosa llevó un diario durante su estancia en el turístico municipio sureño, en el que tanto él como su equipo intentaron pasar desapercibidos y confundirse con los pocos turistas que, desafortunadamente, pueblan los destinos más populares de las Islas en estos tiempos. De hecho, todos se alojaron en un hotel con pensión completa y, para no despertar sospechas, pasaban las mañanas en la piscina. Algún día incluso llegaron a contratar una excursión al Teide, con cata de queso y vino, para reforzar su coartada.

El periodista asegura que «al tercer día de grabación ya sentía unos fuertes deseos de prevaricar, y ahí fue cuando supe que Arona me estaba atrapando y que tenía que mantenerme fuerte». Sosa incluso llegó a desplazarse un día al Ayuntamiento para pedir algunas licencias de obra, guiñando el ojo al funcionario de la Oficina Técnica, y comprobar así el modus operandi del urbanismo en el municipio. Con el material recopilado durante el día, el periodista grancanario reflexionaba al atardecer en el jacuzzi del hotel, comprendiendo la responsabilidad de trasladar a la ciudadanía los datos e impresiones recogidos sobre el funcionamiento de la maquinaria del poder, tan ajena a él, en las Islas.

Sosa no quiere que le llamen héroe, aunque confiesa que «un poco sí», y señala que sólo ha hecho su trabajo. «Pérez Reverte estuvo en Bosnia y en el Líbano, Jon Sistiaga en Irak, pero en ninguno de esos sitios podías tropezarte por la calle con el abogado Felipe Campos o el constructor Agustín Marichal», explica para subrayar los peligros a los que se han enfrentado su equipo y él mismo.

En el próximo capítulo de «Trópico Distópico», Sosa podría volver a transitar terrenos peligrosos, como una bodega en la que se elabora «vino de mi cosecha» o la mente de la diputada Patricia Hernández.