Cierra la academia de baile de Rita Martín en Teguise

Rita Martín ha compaginado su pasión por la política con su pasión por el baile.

La crisis económica ha puesto fin a uno de los sueños más queridos de la ex consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Rita Martín, que ha cerrado la academia de baile que había abierto en Teguise tras su paso por el Ejecutivo autonómico. Martín, actualmente concejala del PP en la oposición en este municipio, tras el pacto entre CC y PSOE que expulsó a su partido del gobierno local el pasado mes de febrero, ha explicado que el cierre se debe a los impagos de las familias y al descenso en el número de matrículas. Lanzarote pierde así uno de sus pocos centros que impartían clases de danza a alumnos de todas las edades.

Según Rita Martín, «hemos tenido que cerrar lo que es la academia porque, claro, habiendo crisis, pues no hay ganas de bailar, aunque yo las tengo a todas horas, pero entiendo que las personas se quiten de las clases porque bueno, bailar también se puede aprender en casa, tranquilamente». La concejala se encargaba de dar en persona las clases de baile latino, funk, danza clásica y la innovadora modalidad de «tourism fair dancing», de la que la propia Rita fue pionera en diversos encuentros internacionales a los que asistió en calidad de consejera regional.

Su experiencia y dotes naturales para la danza fueron la comidilla de las ferias de turismo a las que asistió y alegró con su presencia.

Si bien el cierre de la academia trunca el proyecto de Rita Martín de crear su propia compañía de danza, «con la que llevar un espectáculo a todos los rincones de lo que es Canarias», la concejala no renuncia a seguir con el baile, y ya se ha ofrecido a dirigir alguna comparsa de cara al Carnaval de 2013, o incluso fundar una propia, «que lleve el ritmo y el colorido y lo que es la alegría a las calles y a los corazones de la gente, como la llevé yo en el mío durante mi mandato al frente de la consejería, que me dio la oportunidad de mover las caderas en Londres, Berlín y Reikiavik».