El Cabildo asegura a los vecinos de La Gallega que el tranvía traerá «más vigor sexual» a la zona
Según ha informado el Cabildo en una reunión mantenida con los vecinos de La Gallega, de la que se hace eco en seis páginas La Opinión de Tenerife, la implantación del tranvía en el trazado previsto por la Corporación insular traerá a esta zona de Santa Cruz mayor vigor y mayor potencia sexual. Así lo han asegurado tanto el presidente Carlos Alonso como el director insular de Fomento Miguel Becerra, quienes han esgrimido numerosos estudios de prestigiosas universidades de Zimbabwe y Kirguizistan para respaldar sus palabras.
Tras argumentar en ocasiones anteriores que ayudará al desarrollo urbano y que será positivo para el tejido comercial, pese a las numerosas evidencias en contra en zonas como la Rambla Pulido, devastada comercialmente tras la implantación de este sistema de transporte, el Cabildo de Tenerife opta ahora por una defensa del proyecto basada en razonamientos que llegan a la fibra sensible de la ciudadanía.
Becerra garantizó a los vecinos que «hay evidencias muy sólidas de que allá donde se instala un tranvía, la actividad sexual se incrementa un 65%, con erecciones de más calidad y duración y orgasmos de los que molestan a los vecinos, todo ello gracias a que los ciudadanos disfrutan de un sistema de transporte moderno, confortable y caro, lo que les quita muchas presiones y les hace sentir unos privilegiados, y eso siempre da ganas de buscar amorcito».
Alonso señaló además que «cuando este amor fecunda una nueva vida, está comprobado que los niños nacen más guapos y listos, por lo que queda establecido que el tranvía es una buena idea, y es mejor idea si pasa por el trazado que el Cabildo ya tiene decidido», dicho lo cual instó a los vecinos a dejar de manifestar su oposición «porque ya cansa y menoscaba la pleitesía que como presidente del Cabildo se me debe».
Mientras tanto, un equipo de publicistas continúa encerrado en los sótanos del Palacio Insular ideando nuevos argumentos para convencer a los escépticos vecinos de La Gallega de las bondades del tranvía.