El Cabildo de Tenerife trabaja en un Plan Insular de Ordenación del Barraquito

El PIOB unificará tamaño, recetas y acompañamiento de la popular bebida

El Cabildo Insular de Tenerife ha hecho pública su intención de elaborar, a la mayor brevedad posible, un Plan Insular de Ordenación del Barraquito (PIOB) mediante el cual unificar la amplia diversidad de recetas que esta popular bebida de media mañana y sobremesa presenta ahora en los distintos municipios de la Isla. Según explica la Corporación en un comunicado, “en estos momentos de turbulencias, es imprescindible trabajar para ofrecer confianza a los ciudadanos, y el Cabildo es consciente de que una de las mayores fuentes de incertidumbre de los tinerfeños ha sido siempre entrar a una cafetería distinta a la habitual y pedir un barraquito sin saber qué es exactamente lo que te van a servir”.

De igual forma, el Cabildo argumenta que “unificar la receta reforzará la cohesión territorial y social de los ciudadanos tinerfeños, que podrán salir de su municipio y pedir un barraquito sin el temor de antaño”. El texto pretende dar respuesta a cuestiones como dónde acaba un cortado largo y empieza un barraco, o si debe servirse acompañado de galletita, o si la leche condensada debe representar un 10% de la leche natural, como mínimo, y si debe servirse a discreción del camarero o en sobre.

Si bien los ortodoxos del barraquito no consideran que pueda llamarse así si carece de corteza de limón, canela y chorrito de licor, las últimas tendencias cafeteras, a tenor de lo publicado en la revista “Trending Coffee”, relajan las exigencias sobre la receta. No obstante, desde el Cabildo se observa que “en este sentido hay que andar con pies de plomo; es importante adaptarse a las nuevas corrientes pero nunca hay que quitarle al barraquito su esencia porque puede acabar rebajado a un simple leche y leche, que no nos identifica como tinerfeños”.

Voces disidentes se han alzado ya desde la Asociación de Amigos del Saperoco, con sede en Santa Úrsula. Su presidente, Eladio Ladino, ha lamentado que el Cabildo no haya consultado a su asociación, declarada de inutilidad pública en 2010, y adelanta que “leeremos con lupa el documento en la fase de alegaciones para presentar las enmiendas que consideremos necesarias y defender los intereses de los ciudadanos”. Ya avisan de que “no toleraremos que se incluya el descafeinado, eso es una ‘modernez’ que no debe asociarse al barraquito tradicional”.

El PIOB se encuentra en su primera fase, la de estudios previos, cuyo coste se estima en unos 3’5 millones de euros, para los cuales se cuenta con la financiación del Banco Central Europeo y la Fundación Juan Valdés.