El Muñeco de Nieve reinventará su imagen

En recientes votaciones efectuadas entre los lectores de dos diarios digitales, la escultura conocida como El Muñeco de Nieve -situada en una rotonda de la Avenida de Los Majuelos, entre los municipios de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna- ha sido elegida como una de las más feas de todo el territorio español. Para superar esta desagradable percepción de la ciudadanía, el Cabildo Insular ha dispuesto contar con los servicios del artista isleño Argimiro Clemente, quien se ha ofrecido desinteresadamente a dar un lavado de cara al monumento que consiga realzar su imagen.

La nueva imagen del Muñeco de Nieve estará marcada por las señas de identidad canarias (imagen cedida por el artista Argimiro Clemente)

Puestos en contacto con el polifacético creador, éste declaró a El Baifo Ilustrado que la premisa de la que parte para su trabajo de reforma es que «ante todo, somos canarios. Aquí la nieve la vemos muy pocos días al año, y eso cuando toca. Esta escultura la hizo un artista checo que no se enteraba de nada, vale que Praga debe ser muy bonita cuando nieva y todo eso, pero para Tenerife lo apropiado habría sido en todo caso un montón de nieve sobre el capó de un coche. Por desgracia no hay presupuesto para modificar tan radicalmente la estructura de la obra, así que lo que haré será introducir elementos que la hagan más nuestra. Aquí puede verlos en esta simulación computerizada que he preparado. Esa escoba por ejemplo no tiene nada que la haga especialmente canaria, así que vamos a cambiarla por un bastón como el de nuestros viejitos. El balde de la cabeza es una falta de respeto. ¿Acaso quería decir ese divo checo que los canarios estamos locos? Pues no, le vamos a poner un precioso sombrero de mago de la tierra. Y por supuesto llevará un timple como buen canario parrandero que será. Finalmente, como elementos reafirmadores de su inequívoca canariedad, en la parte inferior tendremos una pintadera y un mosaico de las islas con los colores de nuestra bandera tricolor.»

Por último, acerca de las pintadas que tiene la escultura, Argimiro Clemente explicó que «pensé en eliminarlas, pero los técnicos me indicaron que eso ya también es parte de nuestra idiosincracia y razón no les falta. Así que se van a quedar.»