El «Supremo Consejo Cuñado de Tenerife», proyecto perdido para el programa «Visionarios»

El hogar del pensionista “Nuestra Señora del Goteo” ha revelado en fechas muy recientes que un grupo de sus afiliados presentó su propio proyecto a la iniciativa “Visionarios” del Cabildo de Tenerife. Misteriosamente, su propuesta desapareció del elenco de candidaturas, para aparecer en los contenedores de basura de un bar cercano. Osmunda Pérez y Fridolino García, artífices del proyecto, hablan de una “mano negra” que ha impedido que su proposición llegará a concurrir: el Supremo Consejo Cuñado de Tenerife.

Puestos al habla con doña Osmunda y don Fridolino, estos nos explican los pormenores de la desaparecida propuesta, haciendo un alto en su participación en el baile semanal del Hogar: “Verá usted, señor Gunnarson: cuando el Cabildo convocó eso de los Visionarios, se nos ocurrió que entre todos podíamos aportar alguna idea que fuera de interés, así que un día ocupamos la sala de juegos y elaboramos nuestro proyecto: una asamblea de sabios que asesorara al gobierno insular en todo tipo de asuntos. Si el señor Alonso invocaba la creatividad del pueblo tinerfeño, nosotros íbamos a aportarle la sabiduría secular de la isla.”

El Supremo Consejo Cuñado de Tenerife estaba llamado a dar su sabio parecer a cualquier problema que surgiera en la isla, fuera invocada su presencia o no. Asuntos como el destino del mamotreto, el establecimiento de una base de hidroaviones o la mejor manera de extinguir un incendio veraniego serían valorados por este comité de expertos graduados en la Universidad de la vida.

El único requisito para pertenecer al Consejo era recibir la conveniente certificación de cualquier bar, pub o cafetería como parroquiano habitual, o acreditar un mínimo de cincuenta comentarios en la edición digital de cualquier medio de las islas.

Siguiendo con mis pesquisas, vuelvo a entrevistarme con Emiliano Cifuentes, informante de EBI en los asuntos relativos al Cabildo y dueño de la cafetería cercana en cuya basura apareció el proyecto en cuestión: “Sí, por aquí estuvieron los viejos esos. Hablaban de una conspiración, como los surferos que querían colocar un arrecife artificial en San Andrés, cuando al final lo que pasó es que el tipo al que habían encargado que presentara la iniciativa no tenía ni idea de informática. Vino aquí buscando a alguien que le subiera el proyecto a la plataforma habilitada para ello, pero después de cuatro carajillos se había olvidado de todo, dejando el proyecto por aquí. Después de un año esperando a que volvieran por aquellos papelotes, los aproveché como lectura para el cuarto de baño y finalmente, los tiré.”

Aclarado el misterio, don Fridolino y doña Osmunda confían en poder presentar una versión renovada de su idea en una futura edición de “Visionarios”.