Físicos explican la posible causa de la tendencia de la izquierda a dividirse

No es la primera vez que traemos por aquí las investigaciones de científicos de la talla de Abimael Fumado, Karl Handräcker o Boleslao Tchorizenko. Descubrimientos como la naturaleza cuántica de los escraches o de Javier Abreu han situado a estos prestigiosos físicos a la vanguardia de la ciencia mundial. Hoy, en rigurosa exclusiva, podemos presentarles los resultados de su último descubrimiento: una nueva partícula subatómica denominada “sumón”.

Como nuestros lectores ya sabrán, los trabajos de este trío de científicos se caracterizan por su naturaleza interdisciplinar, conectando la Física con la Politología. En esta ocasión, han centrado sus esfuerzos en intentar comprender las causas de las continuas luchas intestinas en el seno de las agrupaciones políticas que se sitúan a la izquierda del PSOE. En la tesis que han formulado, la causa es la acción de una partícula sub-atómica que actúa rompiendo los enlaces que conforman las alianzas políticas y que, con ocasión del último test -concretado en el proyecto esbozado por Yolanda Díaz-, se ha denominado “sumón”.

Según las conclusiones preliminares -presentadas en un reciente congreso- el sumón es una partícula que rodea a todo militante de cualquier partido que se sitúe en el lado del espectro que tiende al rojo. Su comportamiento es parecido al de los midiclorianos, porque su intensidad mide el nivel de ego del portador. Si el individuo escala posiciones en la nomenklatura del partido de turno, la cantidad de sumones se incrementa, pero, al contacto con el aura sumónica de otro militante, estas partículas empiezan a actuar, recibiendo energía del ego de su portador y convirtiéndola en energía cinética. En ese momento, los sumones se mueven a gran velocidad en todas direcciones y rompen los enlaces que unen a la militancia en el seno del partido.

En estos momentos, los científicos se encuentran analizando las consecuencias de la aparición del proyecto Drago y la de Reunir Canarias. “Desde los tiempos de los partidos-taxi de Bolivia que no veíamos cosa semejante” -han declarado los científicos.