Gonzalo Castañeda se reivindica ante el carnaval tinerfeño

Los últimos carnavales chicharreros estuvieron marcados por la polémica de la recusación del comunicador Gonzalo Castañeda del jurado de elección de la reina adulta de las carnestolendas santacruceras. No es la primera vez que el conocido anunciador de colchones oriundo del Toscal (aunque su acento pueda indicar otra cosa) protagoniza una polémica en este ámbito lúdico-cultural, porque ya fue recusado en su momento como miembro del jurado del concurso de murgas de 2017. Sin embargo, su papel en el descubrimiento del caso Mediador, otorgado por el medio nacional EsRadio han permitido a Castañeda reivindicarse ante las fuerzas vivas carnavaleras de Tenerife.

En pleno éxtasis, provocado por los elogios que de su persona ha hecho el periodista turolense Federico Jiménez Losantos, don Gonzalo ha hecho unas declaraciones en las que pide al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife que reconozca su condición de Woodstein tinerfeño, su consecuente pureza de sangre carnavalera y que impida que, de cara al futuro, se repitan las vulneraciones a su derecho fundamental al pleno desarrollo de su anhelo de ser jurado.

Entre las propuestas contenidas en su declaración, para garantizar la plena satisfacción de tal derecho, están la del despliegue de una misión de las Naciones Unidas, compuesta por cascos azules de Düsseldorf, Cádiz y Río de Janeiro y la mediación de un cura norirlandés. En este último caso, ya hay un posible candidato para ejercer esa función componedora, el padre Anthony O’Thores, párroco de la aldea de Túr Soto que, en declaraciones a este medio dijo, respecto al trato sufrido por Castañeda que “¡No, hija, no! ¡Ahora por fin, ya somos europeos! ¡Así que eso no se hace! ¡Caca!”