La ULL propone la fecha del natalicio de Alarcó como base de un nuevo calendario

El pasado 31 de agosto, el perfil Ciencia@ULL de Twitter, perdón, X sorprendió a las redes sociales publicando la conmemoración del nacimiento de Antonio Alarcó, el polifacético galeno y político canario. Esta iniciativa, reservada hasta ese momento a célebres personajes de la historia de la ciencia, esconde una interesante propuesta para quienes se dedican a la investigación histórica: una renovación del calendario universal.

La iniciativa, que ha partido del profesor Abimael Fumado -actualmente vinculado a la ULL por un proyecto de investigación sobre los coloides pastosos en estado de gel- que nos explica las razones de esta propuesta: “Ahora está mal eso de hablar de la era cristiana y hay quien propone hablar de la era común. Y yo me pregunto ¿común a qué? Con esto de la corrección política nos vamos a volver más totorotas de lo que ya somos. Así pues, si ya no podemos usar a Jesucristo como elemento de medida ¿por qué no buscamos una figura que esté a su altura? Dicho y hecho, surgió el nombre de Antonio Alarcó. Cirujano, multi-doctor, político, multi-tertuliano… un hombre del renacimiento de la actualidad.»

Si esta propuesta elevada desde la ULL se concreta, el año cero de la Historia, según esta nueva forma de cómputo temporal, será el 1951 de la era cristiana (con perdón) y el 31 de agosto será la nueva Navidad. “Así nos ahorramos un periodo vacacional para el alumnado y una paga extra para el personal” -indicaron desde la institución lagunera.

Mientras los organismos internacionales competentes estudian esta interesante propuesta, la institución académica tinerfeña se ha prestado a otras propuestas similares relacionadas con natalicios. Así, la conmemoración del cumpleaños de Alfonso Ruíz, decano de Bellas Artes, ha sido el pistoletazo para una campaña en la que se pretende clasificar los estilos artísticos en “alfonsinos”, “ruizanos” y “rallados”.

Por de pronto, el señor Alarcó ha acogido la propuesta de su alma mater con la humildad que le caracteriza y ha pedido ir bajo palio a cuantas actividades tenga que realizar de su apretadísima agenda.