Las ratas del solar anexo se quejan de los ruidos de la nueva terraza de Santa Cruz

Una rata le explica al alcalde que todos tienen derecho al descanso

Poco ha tardado la nueva terraza de verano de Santa Cruz de Tenerife en tener sus primeros detractores. Las ratas del solar anexo han denunciado que desde su apertura, su vida se ha convertido en un infierno. Visiblemente enfadada, la portavoz del colectivo afectado -un ejemplar pardusco de unos 25 centímetros- mostró su indignación al alcalde Bermúdez: «Si lo que quieren es acabar con nosotras hay maneras menos crueles que la de hacer sonar a Pitbull toda la noche en la puerta de tu casa».

Se calcula que alrededor del nuevo espacio de ocio reside una población de 2000 roedores, que hasta ahora llevaban una existencia apacible entre restos de comida y jeringuillas usadas. «Mi marido», denunció la rata, «tiene que levantarse a las seis de la mañana para ir a su trabajo en los escombros del Cuartel de San Carlos».

Domiclio de las afectadas

El alcalde se interesó por los problemas del animal que lamentó que «desde que empezó esto tenemos que ir todos los días a la basura de la farmacia en busca de ansiolíticos».

A la espera de una solución que satisfaga a todos, a la desdichada rata solo le queda la resignación: «Menos mal que por las tardes vamos a nadar un poco al Parque Marítimo, que si no…»