Nace la Asociación de Afectados por la Gastronomía Canaria

La AAGC quiere empezar a trabajar en colegios e institutos para atajar la discriminación gastronómica entre los más jóvenes

Ayer fue presentada en Santa Cruz de La Palma la Asociación de Afectados por la Gastronomía Canaria [AAGC], en una rueda de prensa en la que estuvieron presentes su presidente y fundador, Alberto Mejía Polka, y varios miembros de la Junta Directiva. Mejía Polka destacó que “esta asociación nace con el espíritu de dar voz a todos esos canarios a los que no les gusta nuestra gastronomía y que actualmente sufren un atroz aislamiento social por miedo al cual prefieren fingir que les gusta la carnefiesta aunque les dé retortijones”.

El presidente aseguró que “dar este paso no ha sido fácil, yo sé bien lo que se sufre cuando a uno no le gusta la comida típica: te miran mal, te toman por tonto y tus amigos dejan de llamarte y frecuentan más los guachinches sólo por no verte”. No obstante, Mejía Polka se mostró contundente al afirmar que “la realidad social está ahí y el que no quiera verla es que está ciego; en nuestra incipiente asociación ya tenemos gente muy variada: personas a las que el mojo les da acidez, la rapadura les empalaga, el gofio se les va por el camino viejo y las papas arrugadas les hacen retener demasiados líquidos”.

Los objetivos de la AAGC, según los desgranó Mejía Polka, van desde dar visibilidad a este colectivo hasta conseguir políticas de integración específica para estas personas, “e incluso casas de acogida en las que puedan refugiarse cuando tengan problemas por hacer pública su condición de renegados de la gastronomía canaria”. La AAGC ya se ha puesto en contacto con la Consejería de Bienestar Social para iniciar una ronda de reuniones y perfilar estas iniciativas. Los afectados quieren que se legisle la no discriminación e incluso no descartan promover una reforma constitucional, “porque el artículo 14 consagra unos principios de igualdad en los que no nos vemos reflejados”.

De momento, Mejía Polka anuncia una serie de charlas en institutos (“es importantísimo empezar a trabajar con los renegados en los centros escolares, para atajar la discriminación gastronómica”) y asociaciones de la Tercera Edad, sin descartar para los próximos meses movilizaciones más ambiciosas, como unas Jornadas bajo el lema “Puede que prefiera unos tallarines a un sancocho, pero es tan canario como tú”.