Político local recuerda con afecto un pisotón que le propinó Adolfo Suárez

En medio del tumulto, Adolfo Suárez dejaría una huella imborrable en el zapato y en el alma de un sencillo concejal.

La muerte del Adolfo Suárez ha dado pie a recordar toda clase de anécdotas. En Tenerife, un político cuyo nombre prefiere mantener el anonimato para evitar protagonismos innecesarios, pero del que podemos decir que fue concejal de Parques, Jardines, Ocio y Tradiciones durante los dos primeros mandatos de la Transición, ha sido entrevistado por nuestro compañero Michael Littlecop y  ha relatado para el Baifo Ilustrado un incidente con el ex presidente que cambió su vida.

Corría el año 1978 y Suárez visitaba por primera vez Garachico. El tumulto era mayúsculo y fue entonces cuando nuestro protagonista notó el pisotón. «No fue un pisotón normal», nos cuenta, «fue el pisotón firme que solo el hombre que capitaneaba la Transición podía dar». Han pasado muchos años pero nuestro interlocutor aún no ha podido olvidarlo: «Se giró y mirándome a los ojos fijamente -ya sabe cómo era su mirada- me dijo ‘disculpe’. Jamás nadie me ha pedido perdón así. En mis muchos años en política he sido pisado por toda clase de parlamentarios, alcaldes y concejales -incluso José Manuel Corrales me pisó una vez a la altura del puente Zurita- pero la presión firme y segura de aquel pie sobre el mío formará parte de mis más imperecederos recuerdos».

Pero las visitas de Suárez a Garachico no sólo marcaron la vida de algunos políticos, sino también de la gente más humilde. Eleonora García, hija de la afamada turronera Carmencita «La Menuda» Plasencia, aún conserva en casa un trozo de turrón que Suárez discretamente sacó de su boca cuando se lo dieron a probar, y que dejó en una esquina del puesto. Forma parte de la herencia de su madre, fallecida en 2001. «Me lo dejó como un legado y yo lo tengo en una cajita encima de una tele; no se ha estropeado en todos estos años, y yo creo que es porque es una metáfora de nuestra democracia, que a veces cuesta comérsela y tienes que hacer como que te gusta pero ahí sigue».