Proponen cambiar el nombre del “Príncipe Alberto” por el de “Camarada Berto”

El rico postre, objeto de un acalorado debate nominalista

Bajan turbias las aguas en la Plataforma Palmera por la defensa de la Hiperglucemia (PPDH), más conocida por “La Golosita”. La última asamblea celebrada en el Chipi Chipi transcurría plácidamente hasta que saltó la polémica en el turno de ruegos y preguntas. Un grupo de socios del ala republicana de los golosos planteó sin dulzura alguna la sustitución del nombre del célebre postre “Príncipe Alberto” por el más popular “Camarada Berto”.. Según fuentes bien informadas “incluso alguien llegó a plantear, fruto de la excitación del momento, que se denominara “Bertucho”.

La propuesta generó enorme polémica, puesto que la plataforma agrupa a integrantes de diferentes ideologías y credos, unidos eso sí por la defensa de la rica repostería de la Isla Bonita. Al parecer, los partidarios de mantener el actual nombre sostuvieron que “no está demostrado que este príncipe sea español. De hecho, hay quien afirma que se trata de una influencia monegasca. Cambiar el nombre puede poner en riesgo las excelentes relaciones con el Principado de Mónaco. Y a ver quién carga después con la responsabilidad de un conflicto diplomático”.

Finalmente, la PPDH adoptó la decisión de solicitar al Cabildo palmero la celebración de un referendum popular en el que podrían votar los mayores de 18 años a excepción de los diabéticos.

 En otro orden de cosas, la PPDH aprobó por unanimidad iniciar acciones legales contra la sevillana Cofradía de la Esperanza de Triana ya que, en palabras de la presidenta Dulce Azucarina “no contentos con copiar el nombre del popular barrio de Los Llanos de Aridane, los hábitos de los capuchinos están claramente inspirados en la forma de nuestras entrañables rapaduras. Se trata de una plagio descarado, un expolio, otro más, que atenta contra lo más íntimo de nuestra manera de ser y, por extensión, es un insulto contra el pueblo palmero que no podemos ni debemos consentir”. Doña Dulce continua afirmando que “para evitar copias, hemos solicitado al Cabildo un subvención para iniciar los trámites con el fin de que la rapadura posea una Denominación de Origen propia. Ya está bien de abuso” afirma con paradójica amargura.