Rechaza casar a una pareja por ser “interinsular”

El amor de Nayra y Amancio se ha ido gestando en sucesivos trayectos

 

Nayra F. H. y Amancio R. T. han topado con un muro de intolerancia en el juzgado tinerfeño en el que habían decidido contraer matrimonio. Ella, natural de la Isla, y él, grancanario, habían presentado toda la documentación para casarse después de varios años de noviazgo, pero el juez del registro que debía unirles en matrimonio se ha negado aduciendo que “las bodas interinsulares van contra mis convicciones personales, porque mi experiencia me ha enseñado que suelen ser uniones que no duran y que además son altamente contaminantes por el continuo trasiego de familiares de una Isla a otra para las pertinentes visitas”.

El juez del registro, un magistrado con más de cincuenta años de servicio en la carrera judicial, explica que “las diferencias culturales entre personas de distintas islas hacen inviables estos matrimonios, que luego no salen bien y los que sufren son los hijos, si es que los tienen; esto lo he visto yo tantas veces que he acabado por oponerme activamente a esta destrucción social tan grande”.

No es la primera vez que este juez genera la polémica por sus decisiones. De hecho, fue enviado al Registro por sus discutibles sentencias, como cuando rebajó la pena a la mitad a un narcotraficante por, según recogía el auto, “su extraordinario parecido físico con Chago Melián, que es una buena persona”, o como cuando absolvió a un estafador confeso porque le aseguró que “no iba a hacerlo más”.