Un perro no puede evitar sentir cierta satisfacción al ver las lesiones que se ha hecho su dueño con unos petardos
Chichita, una perra chihuahua que vive con su familia en Finca España (La Laguna), reconoce que es un acto de deslealtad pero a la vez siente «cierto regocijo» al ver que su dueño perdió dos falanges por manipular mal un petardo.
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