Televisión Canaria estrena «Habla bien, mi niño», el primer reality para logopedas
Televisión Canaria inicia el año 2015 con una apuesta fuerte por la innovación en el formato, estrenando el reality-concurso «Habla bien, mi niño», en el que varios logopedas competirán por enseñar a hablar a jóvenes de diferentes núcleos de las Islas, con los que convivirán durante unas semanas. El concurso lo presentará el incombustible Pepe Benavente, quien ya ha trasladado su domicilio a los estudios de la Televisión.
Guillermo García, director de la Radio Televisión Canaria, ha presentado el nuevo programa en una rueda de prensa junto a varios de los participantes, como Esther García, logopeda, y Yeray «Er Negro» Medina, concursante de Jinámar que se apuntó voluntariamente al concurso ya que, en sus palabras, «choooos, loco, yo quería hablal bien, shabes, tener buena dicsión, chos, shabes lo que te digo, hablar calidoso». Según la dinámica del concurso, cada semana un logopeda y los jóvenes de su equipo se enfrentarán a distintos retos que tendrán que superar, como leer poemas o defender un currículum, y luego mostrar sus nuevas habilidades en una gala, al tiempo que una cámara los acompañará durante el proceso y su vida diaria. El único requisito para los participantes era haber abandonado la ESO sin graduarse ni tener el menor interés en hacerlo. Un jurado compuesto por diferentes locutores de radio de las Islas valorará sus progresos e incluso podrá aprender de los mismos. El ganador se llevará un premio en metálico a repartir entre logopeda y concursantes, varios vales de descuento en tiendas de ropa y las obras completas de Cicerón.
«Habla bien, mi niño» ya ha generado polémica antes de su estreno, ya que Hilario Rodríguez, concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz, ha recordado que «yo he hecho una carrera política importante en un Ayuntamiento sin saber decir arcarde, aunque como se puede observar lo digo bien, arcarde; no creo que la televisión canaria deba gastar dinero de todos los canarios en concurso para hacer creer a nuestros jóvenes que no saben hablar, parece un plan de la metrópoli para que sigamos sometidos».