Un sistema de poleas sustituirá en breve al Tranvía

Pasajeros bajando por la Rambla de Pulido durante una de las pruebas realizadas.

El Cabildo de Tenerife pretende sacar a concurso las obras para la construcción de un sistema de poleas que permita trasladar pasajeros desde la Plaza de España hasta la zona de Cruz de Piedra, en La Laguna.

Debido al recorte en los presupuestos del Estado con destino Canarias, el Cabildo se está planteando el paralizar la circulación del popular Tranvía debido a los altos costes de funcionamiento y a la imposibilidad de continuar subvencionando el precio del billete.

Actualmente el billete está bonificado en un 90%, con lo que los usuarios apenas pagan poco mas de un euro por trayecto –indicaba un portavoz del Cabildo- Al dejar de subvencionarlo, el coste por viaje pasaría a ser de unos diez euros, algo que condicionaría enormemente su uso. Por tal motivo, se han evaluado distintas propuestas y se cree que un sistema de poleas garantizaría seguir ofertando el servicio de transporte a un coste mucho mas asequible.

La idea consistiría en aprovechar la orografía del recorrido, una pronunciada pendiente, para hacer que los pasajeros que deseen bajar hasta Santa Cruz consigan, gracias a la inercia de su peso en bajada, subir a los que desde Santa Cruz pretendan llegar hasta La Laguna.

Sería como un telesilla de los que se pueden ver en las estaciones de esquí, solo que aprovechando el funcionamiento del sistema de poleas y ahorrando significativamente en energía, puesto que solo se utilizaría esta para compensar puntuales desequilibrios entre el número de viajeros que quieran bajar con los que esperen para subir.

También se estudió el hecho de que la Laguna, con un clima mas severo, presenta una tasa menor de sobrepeso debido al mayor consumo calórico que realiza el cuerpo para mantener su temperatura, y que esto podría afectar al rendimiento del sistema, pero finalmente se solucionó este contratiempo con la propuesta del comité de expertos que planteó la posibilidad de que cada viajero llevase en su regazo una caja –adaptable al tamaño de cada usuario- con productos de la huerta lagunera, con lo que no sólo se cumplirían las premisas para que el sistema fuese viable sino que, además, se potenciaría el desarrollo económico del mercado interior gracias a la mayor circulación de productos.