Un vuelo de Ryanair aterriza sin incidentes en Fuerteventura

Imagen del aparato de la compañía irlandesa en su llegada a la isla majorera

Una extraña tranquilidad reinaba entre el pasaje del vuelo dominical de la compañía irlandesa RyanAir que aterrizaba ayer puntualmente en el aeropuerto de Fuerteventura a las 10:05 procedente de Weeze, así como entre los familiares y amigos que lo esperaban. Un sentimiento novedoso e inquietante que contrastaba con la decepción de los medios de comunicación allí congregados, que esperaban la llegada del aparato con alguna incidencia destacada de la que informar, hecho que no se produjo para desgracia de más de un programa de televisión que esperaba una conexión en directo. La falta de un suceso notorio por el que criticar a la compañía ya está siendo investigada por el Ministerio de Fomento, que abrirá el correspondiente expediente. Por su parte, FACUA ha solicitado que se tomen las medidas oportunas y ha encargado un informe pericial al prestigioso investigador Íker Jiménez para que estudie el inusual suceso.

«La cosa pintaba extraña desde el momento del embarque» declaro Hortensia López, una vecina de Betancuria que regresaba de visitar a su hijo, un ingeniero industrial en Alemania que se gana la vida como camarero. «No hubieron ni protestas ni gritos, todo el mundo facturó correctamente, habíamos traído los folios de embarque desde casa, a los niños no les pidieron el Pasaporte y nadie trajo una maleta de más». Mientras El Baifo Ilustrado confirmaba con las autoridades alemanas del aeropuerto de Baja Renania en una conversación por señas vía Skype que el vuelo había despegado con la hora prevista, Hortensia continuaba con su relato. «En la cola de embarque también todo fue muy raro: se organizaron las dos filas de prioritario y turista perfectamente, nadie llevó un equipaje de mano que superara las medidas máximas, y todos nos dirigimos ordenadamente a la escalerilla del avión caminando. Fue increíble, se cuenta y no se cree». Otros pasajeros confirmaban estos hechos, añadiendo que el vuelo había transcurrido sin incidencias en cabina ni turbulencias en el viaje, pudiéndose celebrar el acostumbrado mercadillo organizado de los auxiliares de vuelo de la compañía sin sobresaltos. La única anécdota la protagonizaron un grupo de jóvenes turistas alemanes en la terminal de El Matorral al dirigirse al mostrador de AENA, con la intención de reclamar a la Ryanair la ausencia de emociones fuertes en su vuelo. Sin embargo, desistieron al comprobar que el personal de la misma había salido a desayunar.

Aunque El Baifo Ilustrado ha tratado de contactar con el gabinete de prensa de RyanAir para aclarar estos hechos, la carencia de redactores que hablen inglés fluidamente junto a que el único contacto de la redacción con Irlanda es beberse alguna pinta de Guiness de vez en cuando, ha provocado que no podamos ofrecer la versión de la compañía al cierre de la edición.