Una tortuga liberada pide volver al centro de recuperación ambiental
«Caparazona», una tortuga que ingresó en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre «La Tahonilla», en Tenerife, tras ingerir un plástico, no se adapta a la vida en libertad a la que fue devuelta hace unas semanas. Desde que está en el mar de nuevo, confiesa a El Baifo Ilustrado, se aburre y se cansa buscando comida, por lo que pide regresar a La Tahonilla para seguir con la rutina que allí tenía establecida.
«Allí estábamos como Dios», explica Caparazona; «nos daban de comer, nos tenían en tanques, estaban todo el día pendientes de nosotras, pasábamos revisiones médicas, y como te metieran en un programa de reproducción en cautividad, puff, te hartabas a follar, con perdón». Sin embargo, su posterior liberación tras ser curada de las heridas internas que le produjo la ingestión accidental de un plástico arrojado al mar ha sido profundamente traumática para la tortuga.
Esta malhablada tortuga suplica que la recojan y la lleven de nuevo a La Tahonilla, «y que no me obliguen a hacer un disparate para que se vean forzados a sacarme del agua, que estoy muy loca», al tiempo que denuncia que otras tortugas también han sido puestas en libertad contra su voluntad.