Un hombre lleva diez días viviendo en el Hospital Doctor Negrín porque no encuentra la consulta

José Manuel R. M., vecino de Las Palmas de Gran Canaria de 59 años, lleva diez días residiendo sin desearlo en el Hospital Doctor Negrín al no haber sido capaz aún de dar con la consulta en la que estaba citado el pasado 5 de diciembre, de una especialidad que prefiere no revelar alegando el amparo de la Ley Orgánica de Protección de Datos. El hombre recorre incansable los pasillos del complejo hospitalario, sin atreverse a preguntar pero determinado a encontrar a su médico.

En declaraciones a El Baifo Ilustrado, José Manuel asegura que «el trato está siendo muy bueno, los celadores me prestan ropa y puedo echar alguna cabezadita en Urgencias, aunque empiezo a notar el estrés y el cansancio». Añade que pidió indicaciones «dos o tres veces» el primer día, pero que, a pesar de habérselas dibujado en el brazo con un bolígrafo, vuelve a perderse porque «esto es un laberinto, de verdad, hay que venir para saberlo». El crédito en la cafetería empieza a agotársele pero eso no hace mella en su ánimo; sin embargo, lo que más teme es tener que volver a su médico de cabecera para que vuelva a darle un volante con el especialista: «ya me dirá con qué cara me aparezco yo otra vez por el Centro de Salud».

Luisa María D. G., su esposa, nos confiesa que no sabe cómo decirle que «la cita en realidad la tenía en el [Hospital] Insular». Según explica, «los primeros días fue un poco un alivio tenerle fuera perdido en el Negrín, porque está muy pesado con el Mundial y a mí me hacía falta descansar la cabeza, pero ahora me da reparo irlo a buscar y decirle que la cita la tenía en el otro sitio».

La familia plantea ir a reclamarle ante la Gerencia uno o dos días antes de Nochebuena, con alguna elaborada historia sobre un súbito cambio de hospital por parte de su especialista, del que culparán al caos en el Servicio Canario de Salud e incluso al propio Blas Trujillo, «porque la salud de José Manuel es importante pero su dignidad también», señala Luisa María.

Maruca Johnson

Incisiva ante la actualidad desde que el cardado empezó a destruir la capa de ozono. Discreta a la par que elegante.

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