Crece entre los palmeros la hostilidad hacia las visitas de Pedro Sánchez
Según la primera macroencuesta para evaluar los sentimientos de los palmeros tras dos meses de erupción, las continuas visitas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, empiezan a generar resquemor y hostilidad entre una parte de los palmeros, mientras que la otra se inclina ya por la indiferencia. José García, agricultor del Valle de Aridane, lo resume gráficamente al afirmar que «como la próxima vez no traiga perras, le voy a presentar a mis primos Marquesote y Rapadura» mientras se besa los puños; no son pocos los palmeros que, si bien agradecen el interés institucional, también verían con buenos ojos que ese interés se tradujera de facto en la cantidad de recursos que se ha anunciado hasta la fecha. Por su parte, la vecina de Fuencaliente Ramona Morales señala que «yo es que lo veo en la tele y a estas alturas no me impresiono, sino que digo, ‘ah mira ya está aquí otra vez'».
Por otra parte, y siempre siguiendo los resultados de la encuesta encargada a Strong Opinions Can. SL, entre los palmeros no ha sentado bien que las primeras casas prefabricadas entregadas a las familias desalojadas no contasen en muchos casos con conexiones adecuadas de agua y electricidad, ni tampoco muebles, si bien fuentes del Gobierno se defienden asegurando que «se les dio un vale para ir a Ikea y comprar la rinconera Hönfron o la mesa Wyllsträn, no sé qué más quieren, ¿que vaya Chano Franquis a decorar?». Advertida esta fuente de que en La Palma no existen establecimientos del gigante sueco de los muebles, replicó «ay pobres, ésa no es forma de vivir, en el Ikea te olvidas de todo porque de repente tu única preocupación es salir de allí».
Por último, otra de las conclusiones del estudio es que los palmeros se están desconectando cada vez más de las ruedas de prensa del Pevolca, ya que hasta un 45% de ellos confiesa que se las pone de fondo para la siesta, mientras otro 36% pide que vuelvan las confrontaciones entre el vulcanólogo Nemesio Pérez y los ciudadanos para darle vidilla a los encuentros con los medios.
