Greenpeace alerta sobre los peligros de perdonar al prójimo

La organización ecologista Greenpeace ha alertado, en un informe presentado ante la ONU, del peligro que supone la paz y la cordialidad en ciertas zonas del planeta.

El documento, que ha levantado cierta polémica, revela que un estudio llevado a cabo en los últimos quince años ha puesto de manifiesto que la ausencia de rencores y el perdón han incrementado el vertido de pelillos a la mar, provocando un empeoramiento de la calidad del agua y la desaparición de las especies mas sensibles al cambio.

¿Cuántas veces no habremos empleado un “pelillos a la mar” para dar por zanjada una polémica o una disputa? Según Greenpeace, cada día se pueden verter al mar entre dos y tres toneladas de restos pilosos, sólo en nuestro país.
El pelo es un material orgánico muy resistente que resulta difícilmente tratable aún empleando los últimos avances en materia de depuración de aguas, y llega hasta el final del proceso prácticamente intacto por lo que es arrojado al mar casi entero a través de los colectores.

Humberto Torota, portavoz de la organización en nuestro país, señalaba a nuestros reporteros de El Baifo Ilustrado que los pelillos tienden a juntarse unos con otros, más si son rizados, creando auténticas cabelleras flotantes que se desplazan a merced de las corrientes marinas, mezclándose con otros residuos y colonizando bancos de nutrientes.
En algunas muestras se ha llegado a recoger plancton que presentaba una poblada cabellera, y pensamos que esto puede acabar provocando una contaminación que afectaría a toda la cadena alimenticia.

Aún se está a tiempo de frenar este desastre medioambiental, pero se insta a los gobiernos del mundo a tomar medidas drásticas que contribuyan a paliar las graves consecuencias de este comportamiento popular.
Promover la calvicie o subvencionar el reciclaje de pelo serían algunas de estas soluciones, siempre y cuando fuesen acompañadas de un cambio en los hábitos de nuestra sociedad.