Una delegación esquimal visita La Esperanza para aprender técnicas de los nativos contra el frío

Bajo sus ropas, los esquimales han tenido que incorporar una manta esperancera como protección extra.
Bajo sus ropas, los esquimales han tenido que incorporar una manta esperancera como protección extra.

El alcalde del municipio tinerfeño de El Rosario, Macario Benítez, ha recibido hoy, en mangas de camisa, a una delegación de esquimales procedente del Ártico americano que visita el municipio para aprender las técnicas de los nativos del núcleo de La Esperanza contra el frío. Encabezados por Aputsaq Singajik, los inuit que visitan el municipio pasarán unos días habitando entre los esperanceros y compartiendo con ellos técnicas para combatir el frío gélido que llevarán de nuevo a sus poblaciones en el Ártico, con la expectativa de mejorar la calidad de vida en los iglús.

Benítez ofreció a los visitantes en la recepción inicial una disertación sobre las diferencias entre el frío seco y el frío húmedo, un conocimiento fundamental que todo esperancero atesora para trazar estrategias eficaces frente a las bajas temperaturas. El Ayuntamiento de El Rosario, hermanado con la región siberiana de Chuckchi desde hace años (donde también habitan pueblos inuit), ha programado una extensa agenda de visitas y actividades en todo el núcleo, a fin de que la visita inuit resulte instructiva y entretenida. Así pues, se ha preparado una recreación al aire libre de la gala de elección de la Reina de las fiestas, con sus dos horas y media de desfiles y actuaciones musicales y humorísticas, que curtirán a los inuit presentes en el arte de tolerar el frío con una sonrisa, y un recorrido por los principales puntos del monte de La Esperanza al caer la tarde. Los esquimales más atrevidos tendrán la opción de realizar también una excursión por La Laguna. Antes de volver al Ártico, los esquimales podrán conocer la gastronomía local gracias al menú degustación del Bodegón Campestre, que servirá sus más fuertes viandas para ayudar a conservar el calor corporal, como las salchichas que llegan a la mesa ardiendo.

Aputsaq Singajik, en nombre de la delegación inuit, ha agradecido el esfuerzo del Ayuntamiento y ha invitado a todos los esperanceros «a darse una vuelta por el Ártico, especialmente en diciembre que es cuando hace bueno, y a pasar unos días con nosotros, usando ese calzado tan peculiar que tienen en Canarias, y que llaman cholas».

El detalle inesperado de la bienvenida a los esquimales vino de la mano del Sabandeño Elfidio Alonso, quien, ataviado con manta esperancera, soprendió a los asistentes interpretando una versión de «De Tenderete» en la tradición gutural del cántico inuit.

Maruca Johnson

Incisiva ante la actualidad desde que el cardado empezó a destruir la capa de ozono. Discreta a la par que elegante.

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